El invierno va en retirada, y el sol comienza a mostrar más vehemencia – piensa en la protección solar. Con la llegada de días más cálidos aumenta el riesgo de dañar nuestra piel por exceso de exposición a la radiación solar.
¿Por qué protegernos? Pues, no se trata solo de evitar manchas y arrugas, sino de cuidar nuestra salud a corto, mediano y largo plazos. Y, por cierto, es un deber para todo el año, sin importar la estación.
La protección solar constituye el toque final imprescindible para toda rutina de cuidado de la piel, si de eficiencia hablamos. BLOG “El cuadrado perfecto para tu rutina de cuidado de la piel”
Para lucir una belleza “a prueba de tiempo” debes basarla en un estilo de vida saludable. En tal caso, Sury Saray Authors Beauty, en Mallorca, te resultará puerto seguro. Ponemos nuestra experticia en función de tu bienestar.
El sol en nuestra piel
Primero, aclaremos algo: ¡vive sin miedo al sol! Su radiación constituye una fuente de luz y calor esencial para la vida. Por ejemplo, en nuestro caso, exponernos a sus rayos nos garantiza sintetizar la insustituible vitamina D, entre otros tantísimos beneficios.
Pero, como suele suceder, debemos encontrar un punto de equilibrio saludable. La radiación solar también puede provocar daños en nuestra piel, algunos irreversibles, algunos incluso mortales.
Exponiéndonos al sol de manera excesiva y/o descuidada, podemos provocarnos quemaduras solares, lesiones precancerosas. Y hasta cáncer de piel (como el peligroso melanoma).
En casos menos graves, podemos sufrir envejecimiento prematuro. Sus señales resultan bien visibles. La pérdida de elasticidad cutánea genera arrugas, desde finas líneas hasta surcos profundos. También pueden salirnos manchas. ¡Oh, no!
Tipos de rayos solares y sus efectos en nuestra piel
¿Qué es la radiación solar? Pues, la energía emitida por el Astro Rey. Nosotros la percibimos en forma de luz y calor. Pero con una mirada más profunda encontramos en ella diferentes tipos de ondas electromagnéticas (algunas invisibles al ojo humano).
¡Todas impactan en nuestra salud cutánea! La radiación visible, la luz común del sol, es menos dañina que la radiación ultravioleta (UV). Y la radiación infrarroja, por el calor que genera, puede contribuir a la deshidratación cutánea.
Del espectro ultravioleta los más conocidos son los rayos UVA y UVB. También están los rayos ultravioleta profundos (UVC). ¡Los más peligrosos! Por fortuna, la atmósfera los filtra casi al 100%.
Los rayos UVA constituyen la causa principal de envejecimiento prematuro. Por su parte, los UVB resultan cruciales para la producción de vitamina D. Pero, además, pueden dañar el ADN de las células cutáneas.
Tipos de rayos solares y sus efectos en nuestra piel
¿Qué es la radiación solar? Pues, la energía emitida por el Astro Rey. Nosotros la percibimos en forma de luz y calor. Pero con una mirada más profunda encontramos en ella diferentes tipos de ondas electromagnéticas (algunas invisibles al ojo humano).
¡Todas impactan en nuestra salud cutánea! La radiación visible, la luz común del sol, es menos dañina que la radiación ultravioleta (UV). Y la radiación infrarroja, por el calor que genera, puede contribuir a la deshidratación cutánea.
Del espectro ultravioleta los más conocidos son los rayos UVA y UVB. También están los rayos ultravioleta profundos (UVC). ¡Los más peligrosos! Por fortuna, la atmósfera los filtra casi al 100%.
Los rayos UVA constituyen la causa principal de envejecimiento prematuro. Por su parte, los UVB resultan cruciales para la producción de vitamina D. Pero, además, pueden dañar el ADN de las células cutáneas.
Lesiones de la piel provocadas por radiación ultravioleta
La radiación solar puede tener efectos devastadores en nuestra piel. Los rayos UVA penetran profundamente en la piel y pueden causar fotoenvejecimiento, con secuelas ya descritas arriba. (También los emiten lámparas solares y camillas de bronceado).
En específico, los rayos UVB son los principales responsables de las conocidas quemaduras solares. Se trata de reacciones inflamatorias tras una exposición excesiva al sol. Pueden presentar enrojecimiento, dolor, y en casos severos, ampollas.
Asimismo, la radiación UVB puede ocasionar oscurecimiento y engrosamiento de la capa exterior de la piel. (Además, problemas en los ojos y el sistema inmunitario).
En general, la exposición prolongada a rayos ultravioletas puede generar queratosis actínica. Estas lesiones lucen como parches ásperos y escamosos en la piel. Y suelen preceder al cáncer, según los especialistas.
¿Cómo proteger nuestra piel de la radiación solar?
Lo más básico resulta evitar la exposición directa al sol, en especial entre 10:00 am y 4:00 pm. Este horario comprende la mayor intensidad de la radiación ultravioleta. Siempre que puedas, ¡quédate bajo sombra!
Otro recurso muy válido es usar ropa protectora. Puedes optar por camisas de manga larga, blusas de cuello alto, pantalones largos, sombrero de ala ancha, medias altas, guantes, etc.
En el mercado ya encontramos prendas fabricadas con tejidos específicamente diseñados para proteger de la radiación ultravioleta. Asimismo, lentes de sol y sombrillas.
Y, no por último menos importante, aplicar protector solar sobre nuestra piel. Existen dos variantes fundamentales de estos productos a considerar. ¡Veamos!
Tipos de protectores solares
En el mercado encontramos dos tipos de protectores solares. Los físicos (o minerales) incluyen ingredientes que funcionan como una barrera física para reflejar los rayos solares. (Por ejemplo, óxido de zinc o dióxido de titanio).
En tanto, los químicos incorporan compuestos que absorben la radiación ultravioleta. Después la convierten en calor y terminan por liberarla en la piel.
Los protectores solares físicos resultan ideales para pieles sensibles. Ofrecen una protección inmediata.
Los protectores solares químicos suelen ser más ligeros y de absorción rápida. Pueden causar irritación en pieles sensibles a sus ingredientes. Y, por lo general, se sugiere aplicarlos una media hora antes de la exposición al sol.
¿Cómo escoger el mejor protector solar para tu piel?
He aquí algunos puntos clave a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión tan importante. Primero, respeta las particularidades de tu piel. Luego, opta por un protector solar de amplio espectro. ¿Qué significa? Protección tanto para los rayos UVA como para los UVB.
Además, asegúrate de elegir un protector solar de al menos 30 SPF. ¿Qué significan estas siglas? Factor de protección solar, o sea, el número indica el nivel de protección ofrecida por el producto contra la radiación UVB.
Un SPF de 30 bloquea alrededor del 97% de los rayos UVB. Mientras, un SPF de 50 bloquea alrededor del 98%. En el mercado también encontramos protectores solares con un SPF mayor.
Ahora, con independencia del SPF debes reaplicar el producto varias veces al día, para mantener activa la protección solar. El tiempo promedio suele ser cada 2 horas. No obstante, ello varía según las condiciones ambientales y la calidad del producto.
Protección solar con Sury Saray Authors Beauty
En resumen, proteger nuestra piel de la radiación solar resulta esencial para mantenerla saludable, y prevenir lesiones cutáneas. Para ello lo más aconsejable es integrar varias estrategias.
¡Recuerda! Usa protector solar, cubre tu piel con prendas protectoras si permaneces al aire libre, evita la exposición directa al sol en horas pico. ¡Tu salud y belleza lo agradecerán!
También puedes enfatizar la hidratación y la nutrición de tu piel. Así estará en mejores condiciones para soportar los rayos solares. Encontrarás muchas opciones en el catálogo de productos y servicios de Sury Saray Authors Beauty.
Puedes acceder a través de nuestra tienda virtual, o en nuestra sede, en Mallorca. ¿Te resultó útil este artículo? Compártelo con un ser querido. ¿Qué mejor regalo que información útil para la vida cotidiana? ¡Y síguenos en las redes sociales!